sábado, 10 de agosto de 2013

Waiting

Somewhere beyond the sea, somewhere is waiting for me. My love stands at golden salt and watches the ships, that go sailing…

Ahí estaba él otra vez, como de costumbre, en el muelle. El frío del otoño comenzaba a hacer presencia, y la marea traía consigo una fresca brisa. Él llevaba puesto nada más que una ligero remera blanca, una chalina azul marino –la que ella le había regalado antes de partir-, una chaqueta negra de punto, vaqueros azules y zapatillas blancas. Se refregó las manos en un intento por quitarse el frío.
Suspiró profundo, y observó como el vaho que salía de su boca desaparecía en el aire. Recordó como ella se divertía haciendo aquello, cuando era otoño, y las noches frías; ella podía pasar minutos suspirando para ver el vaho elevarse al templado cielo. Ahora que ella no estaba, lo hacía automáticamente, y cuando se daba cuenta, sonreía melancólicamente, recordándola.
Observó el horizonte, hasta donde las aguas del mar parecían terminar. La extrañaba. Se preguntó qué estaría haciendo ella en ese momento. ¿Lo extrañaría? ¿O si quiera lo recordaría? No había recibido noticias suyas desde su partida, y a pesar de la promesa que se habían hecho, a veces temía que ella lo olvidase. Pero ir al muelle, a observar el tranquilo movimiento del agua, observar la arena, que solía ser dorada en los últimos días que habían compartido, le daban sentido a la interminable espera.
Los barcos comenzaban a arribar. Algunos barcos pesqueros aún seguían en medio del basto mar, otros ya se arrimaban a la orilla para bajar la carga. Hay otro barco, pero no es el que él espera, es un barco que está por zarpar a España. Mucha gente sube, y se apresuran a subir a la cubierta para despedirse de sus familiares y amigos. Tal como ella se había despedido de él, con lágrimas en los ojos, pero con una pequeña sonrisa melancólica en los labios; y cuando el barco se había puesto en marcha, ella articuló un ‘te amo’ con sus labios. Un ‘te amo’ que él siempre recuerda.
¿Cuándo volvería? ¿Cuándo sería el día que pudiera abrazarla nuevamente?

I know, beyond the doubts, my heart will leave me there soon. Will meet, I know will meet beyond the shore. We’ll kiss just like before…

Baja por las viejas escaleras de madera, que rechinan con cada pisada. Camina sobre la arena, no le importa que los diminutos granos de arena entren en el calzado, no los siente, no siente nada más que la fría brisa marina sobre su rostro, haciendo volar hacia atrás los cortos rizos negros. Se sienta ahí, en el mismo lugar de siempre, estira las piernas y se apoya en sus brazos; cierra los ojos, e imagina que su barco llega, y ella lo llama, y corre a sus brazos.
Otra ilusión más.
Queda ahí sentado un par de minutos más, luego se pone de pie; se sacude la arena con los brazos y vuelve sobre sus pisadas hasta el muelle. Hecha una última mirada al horizonte, hacia las aguas teñidas de un color anaranjado mientras el sol se pone. Da media vuelta para regresar a su casa.
Se promete no volver más ahí, pero con toda certeza sabe que al día siguiente, a la misma hora, estará haciendo lo mismo que todos los días. Esperarla.

-Tal vez llegue mañana –se dice en voz baja, y ve como el vaho escapa de su boca y desaparece en el aire.


Escrito por B. C. Fitzwalter

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